Si, es Marketing Electoral

El Marketing Electoral aporta los mecanismos de reflexión y análisis para estructurar las estrategias que permitan  al candidato y partido conseguir el triunfo en las urnas. Y para ello se fundamenta en el estudio de sus electores, sus necesidades, opiniones, referencias y disposición de votar, con el fin de diseñar la campaña que llegue al lectorado en los términos de su lenguaje y aspiraciones.

Las transformaciones sociales y económicas operadas en la sociedad de hoy, hacen imperativo que los avances tecnológicos de las disciplinas sociales y humanas se tengan en cuenta al planear la participación en los comicios, cualquiera sea  su objetivo. Así mismo, vale reconocer que los grupos sociales y partidos políticos mejoran sus resultados en la medida en que analicen las condiciones de las contiendas electorales, cualquiera que sea su naturaleza, antes de iniciar los procesos a partir de las herramientas que proporcionan las ciencias administrativas: gerencia estratégica, finanzas, sistemas de información y marketing, entre otras.

En particular, el marketing ha sufrido muchos cambios en su desarrollo hacia los servicios, que le ha permitido encontrar en las perspectivas  sociales, el enfoque hacia las relaciones perdurables y duraderas con los públicos objetivos de su que hacer misional, ya que en el campo de las elecciones lo más importante es crear vínculos con el votante de atención a sus demandas, que son plasmadas en el programa cuyos actores principales son los candidatos para los cuales se piden los votos.

La decisión de participar en las elecciones es clave no solo en la vida de los hombres, sino de las instituciones: las elecciones son el alma de la democracia. Y las campañas electorales son acciones que se emprenden con responsabilidad para jugar dentro de los marcos democráticos donde los cupos o curules son pocos, lo que invita a trabajar sólo para triunfar. Las campañas requieren de tiempo, voluntad y dinero, recursos escasos en nuestra época, donde no se ocultan los cálculos racionales y los costos de oportunidad. Por ello, el Marketing Electoral constituye una herramienta de suma importancia para poder de manera consciente, planeada y programada emprender las acciones y actividades en la búsqueda  de los votos necesarios para alcanzar el triunfo del grupo social o el partido político.

No se garantiza el éxito en las urnas por el sólo hecho de usar el Marketing Electoral, porque este no reemplaza ni las habilidades y destrezas de los candidatos para ganarse las simpatías, ni el carisma, ni reemplaza el trabajo político de proselitismo que se debe desarrollar para ganar votos, ni sustituye las capacidades de los directivos políticos en sus negociaciones y transacciones, como tampoco puede ocultar las imágenes falseadas y contrarias que pueden despertar los candidatos, ni mucho menos la vaguedad, el sin sentido, la demagogia y la vacuidad de los programas y los discursos, y la pobreza de las promesas.

Con el Marketing Electoral se reducen los márgenes de error, las aéreas de incertidumbre y se minimizan los riesgos en la toma de las decisiones que se debe asumir en el desarrollo de las elecciones. Su implantación en el seno de la campaña electoral, nos proporciona el conocimiento de las necesidades y demandas de los votantes, sus aspiraciones y opiniones para que de acuerdo con las condiciones macroeconómicas y macrosociales, los candidatos puedan seleccionar cursos y alternativas de acciones que sean soluciones a los diferentes grupos que tejen la malla social y así, de manera racional diseñar las estrategias para conseguir el voto de los electores seleccionados, y poder medir las fuerzas internas de la organización o grupo político en el campo de la arena política, donde se dirimen de manera democrática las preferencias ideológicas.

Seguro que en los eventos electorales se han visto las aplicaciones de una o varias técnicas del Marketing a la política y al trabajo político y con ello se ha creído que cualquier aplicación de ellas, ocasiona un movimiento de marketing; más no es así: el sólo hecho de sacar avisos en la prensa o colocar las vallas en sitios de gran circulación peatonal, o instalar los  avisos pasacalles, y en fin, otras acciones aisladas, no significa que en la campaña exista Marketing Electoral. Esta corresponde a las actividades de planeación, organización, ejecución y control de la campaña electoral desde los inicios del estudio de los electores para poder crear programas que respondan a sus expectativas, y al uso de las diferentes técnicas que ya se acostumbran: la encuestas de opinión, la publicidad política pagada y la propaganda, los pronósticos electorales, los foros programáticos, la presentación de candidatos con imagen, la decisión de limitar los gastos de campaña, en fin, son muestras de cómo el Marketing Electoral, se hace presente en los grupos sociales y políticos que tiene frente a sí, la competencia por unos votos.

Por:
Efrén Barrera Restrepo, Ph.D.
Gerencia Pública & Marketing

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