Impulsar la investigación en la Administración Públicas es la tarea urgente que la universidad pública (oficial o estatal) debe colocar al orden del día en las discusiones académicas en los diferentes foros y aulas, con el fin de colaborar en la interpretación de nuestra realidad nacional.
Y así procurar construir explicaciones científicas sobre ella y validar conceptualizaciones, modelos y técnicas para coadyuvar en el desarrollo dela Administración Pública en Colombia y superar las meras etapas de diagnosis y de descripción de sus problemas.
La preocupación en las universidades estatales por la transmisión de los modelos y técnicas a fin de “ponerse a la moda” en el desarrollo de teorías validadas en otros contextos sociales; la falta de políticas de investigación que determinen prioridades en este campo; la manera que con desdén se mira todo aquello que proviene del Estado a no ser en lo referente, a las asignaciones para su propio presupuesto; en resumen al divorcio existente entre la universidad y el Estado al que sólo se le ve como proveedor de recursos (aportes y personas para capacitar) hacen de la investigación en Administración Pública un campo poco trajinado desde la óptica de la gestión, facilitando con ello el incremento de la transferencia de teorías modelos y tecnologías, mediante misiones de expertos y organismos internacionales, y la propagación de ellas a través de los profesores especializados en otros países. Se dice esto, no para caer en un chovinismo o en actitudes de xenofobia, sino para reconocer que una de las maneras de darle un tratamiento de extranjera a la administración pública es la transferencia acrítica que toman algunos profesionales formados en el extranjero frente a los conocimientos allí recibidos, dificultando la elaboración de materiales adaptados a las circunstancias locales y de la implantación de metodologías propias.
Como el manejo del Estado corresponde a la trascendente tarea que le compete cumplir al hombre como ser social, por cuanto ello hace la relación directa con la búsqueda y manejo del bien común y de su convivencia debería ser la Administración Pública, un objeto de mayor atención y análisis por parte de todas las comunidades y en especial de la universidad pública. Pero ello no ocurre siempre así. Parece ser que el Gobierno como expresión de poder, es sólo la máxima aspiración de los sectores políticos para su conquista y sostenimiento en él, quedando en segundo plano los problemas estructurales de la Administración Pública. Y de esto sí que podemos testimoniar sobre el poco interés del gobierno y de las universidades en los últimos años, por la fluidez de la función pública y la dinámica de la carrera administrativa, que indudablemente se ha reflejado en los altos niveles de corrupción descubiertos hasta hoy.
Es de esperarse que el manejo de la cosa pública en Colombia no mejore, sino se crean las condiciones para ello, mediante acuerdos de las colectividades políticas, el convencimiento de los funcionarios y el esfuerzo sostenido de la universidad pública para conocer la propia idiosincrasia, los elementos constitutivos, las diferentes modalidades y teorías que definen y sustentan la Administración Pública, sus principios básicos y su sensibilidad a factores de su entorno.
En la actualidad el Estado está cada vez más presente en todos los dominios de la actividad social y principalmente en la base económica. El Estado es un actor central y esencial de la vida económica y aunque las dificultades de las décadas inmediatas, han suscitado graves decepciones y pérdidas de confianza, el Estado seguirá siendo ese actor principal como el impulsor fundamental del desarrollo mediante la movilización de recursos propios, el reforzamiento de la capacidad tecnológica del país, la promoción de reformas indispensables en el sector social y administrativo, y la búsqueda de un equilibrio entre el desarrollo agrícola y el industrial. Y para esto se requiere de una ampliación de su capacidad administrativa, que se logra con el desarrollo de la investigación de la administración pública, donde se combinen la teoría y la práctica.
En este llamado, que esta para la universidad pública, hay que reconocer que los cursos de alto nivel para la gestión de lo Público, están en las universidades privadas, como algo paradójico.