Cuando se leen los avisos publicitarios, se espera que lo anunciado esté respaldado por la empresa y que lo ofrecido corresponda con la realidad del servicio prestado o el producto ofertado; pero para la aerolínea Avianca parece que eso no es así, saltando los cánones del simple sentido común y rayando a normas superiores con respecto al consumidor: Al comprar un tiquete aéreo con meses de anticipación, se espera que el servicio ofertado sea prestado por la empresa; pues al seleccionar la aerolínea se hizo (racional y emocionalmente)teniendo en cuenta los servicios, los aviones, las experiencias anteriores y sobretodo la marca; que implica prestigio y su valor qué esta implícito en el precio del tiquete; más, esto como que no se da en el caso de Avianca, con localización en Colombia; que parce ser que es lo único queda de lo colombiano en ella( ayer: Aerolíneas Nacionales de Colombia, y hoy: Aerolíneas del Continente Americano).
Desde hace unos meses, tu lees la publicidad, compras y luego que te dicen que viajas en otra empresa, que para el caso de Europa, es Wamos. No ha existido claridad en el proceso; o como se dice ahora, la transparencia también va en la oportunidad de la información. Por lo demás es lamentable, la poca agilidad y severidad que los organismos públicos encargados de vigilar a los consumidores( en este caso Aerocivil) para controlar estos abusos; lo que demuestra una vez más esa predisposición de los gobiernos de turno para consentir al inversor extranjero por encima de la dignidad nacional.



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