Con ocasión del pasado Mundial de futbol Sub-20, 2011, en los estadios de Colombia habilitados para ello se impusieron los requerimientos físicos y las normas de comportamiento de la FIFA para la categoría del tal evento.
Y ello gustó entre la población de las ciudades que atendieron los partidos de futbol programados.
Advertidos e informados por los organizadores, muchos aficionados retornaron a los estadios motivados por la importancia de los partidos, la curiosidad de reconocer los estadios remodelados y de disfrutar personalmente del futbol internacional. Y a fe que ello agradó a los asistentes entre los cuales muchos no habían vuelto a los estadios, por los sucesos de violencia que allí se dan en los partidos entre los equipos nacionales y por las conductas que rayan el código de policía, que algunos sujetos exhiben sin pudor ni vergüenza delante del público y delante de la mirada indiferente de la misma Policía.
Ahora, el problema es: ¿Cómo conservar esos requerimientos y normas de comportamientos, para los futuros partidos y eventos en los estadios?.
En particular en Medellín, el INDER está liderando el Comité para la Convivencia y la Seguridad en el futbol y de manera muy entusiasta habla de conservar la llamada CULTURA ESTADIO (El Colombiano, agosto 24 de 201;p.3c). Que buen propósito y que ardua tarea, que ante todo necesita continuidad, perseverancia y tolerancia. La primera se puede lograr en la medida que los planes y medidas que se tomen no se cambien de manera fortuita y al amaño de los intereses de personas o pequeños grupos, que a veces se escudan en el manto de la pobreza y el derecho al trabajo. Para todos puede haber trabajo ordenado y licito. Es importante perseverar, lo que indica que las medidas se deben de sostener en el tiempo y no abrir hendijas por las cuales se transgreden, como sucede cuando se empieza a conceder excepciones.
Así que entre más importante la asociación, la liga, el personaje, el político, la agremiación, el profesional del futbol, de la radio, de la prensa, más debe a la sociedad el cumplir las normas generales de seguridad y convivencia. No debe de haber excepciones. Una cosa es el estatus social o profesional de una persona y otra muy diferente su rol de ciudadano, que lo debe de inducir a sentirse una persona demócrata, con igual derecho de gozar del espacio público que su congénere, sin más pleitesías.
La tolerancia, que muchos entienden por el disimulo o el alejarse de los hechos para no intervenir, se debe comprender como el anuncio publicitado de las normas, los premios y las sanciones por su cumplimiento o no cumplimiento. Y aquel, que la incumpla, debe de tener una sanción social, sin reparos ni reviros. Tolerar es consentir conductas convenidas y transadas, es respetar a los demás. ¿Qué tal discutir un semáforo en rojo?.
El asunto que se tiene entre manos es grave. Toca a la conducta humana en colectivo. Sí, es conservar la Cultura Estadio. Es hacer que imperen las buenas costumbres ciudadanas en los eventos y partidos de futbol, que cualquier ciudadano se sienta libre para ir al estadio y no constreñido en su voluntad por la imposición de unos pocos con ciertos comportamientos que la gran masa de la población no está de acuerdo con ellos, y además no son ni siquiera socialmente, tolerables. Es un caso típico de Marketing Social. Ello implica un cambio social en el comportamiento de unos grupos en referencia al espectáculo. Por fortuna, ya existen algunos elementos para trabajar:
- Toda la boletería será numerada.
- Personal de logística.
- Vallas limitadas.
- Policías.
- Venteros no suben a las tribunas.
- Precios fijos a los alimentos y bebidas.
- Mallas de acrílico entre las tribunas.
Estas medidas son buenas, si se convierten en principios que se cumplan, más no que se puedan abrir. Y es necesario a ello, agregar los premios que se pueden obtener de cumplir las normas y las sanciones, así como montar toda la campaña social para el cambio de conducta pública, que debe de cubrir en primera instancia a los grupos de influencia (barras, aficionados, locutores, hombres del futbol, venteros, policías, funcionarios públicos y autoridades). Es una campaña interesante. Es un reto importante para la Administración Local, que en el día de mañana podrá exhibir la Cultura Estadio, así, como se muestra la Cultura Metro.
Ya hay un camino conocido y recorrido. Entonces ¿Por qué no intentarlo y repetirlo para este caso y momento, cuando están frescos los ánimos y la prensa se ha mostrado dispuesta a colaborar?. A largo plazo solo trae beneficios para todos. Y el espectáculo se mejora tanto en cantidad como en calidad, o ¿será que tras esta cualidad, es que se esconde el problema de la violencia en el futbol?.
Por:
Efrén Barrera Restrepo, Ph.D.
Gerencia Pública & Marketing
Un comentario en “CULTURA ESTADIO EN MEDELLÍN”