Cuando se está en el desempeño de cargos públicos es común que aparezcan en el escritorio extrañas cartas, escritos, panfletos y anónimos de todo tipo.
Y entre tantas de ellas, seleccionamos una que tiene mucho que ver con la realidad de hechos que en las universidades son comunes y que para algunos son expresiones de malos manejos y comportamientos.
La carta siguiente fue escrita por una persona -para usar el mismo lenguaje académico- muy conocida y conocedora del ambiente universitario con muchos años de experiencia en altos cargos de universidades públicas y que en su momento, quiso colaborar en un debate que agitó la anterior ministra de educación, sin mucho eco, hace unos dos años y que lo más seguro es que ella ni la leería.
“Asunto: ¿DONDE ESTA EL DEFICIT?
(De las Universidades Públicas colombianas)
Respetada Ministra:
Quiero intentar hacerle un aporte al tema del presunto déficit que pregonan los directivos de las universidades públicas por estos días.
Como sé del poco tiempo que dispone para estas lecturas, aspiro a que la persona que Usted designe para hacerlo, si es que esta comunicación alcanza a llegarle, encuentre alguna luz que contribuya a encontrar salidas a una situación que puede tornarse delicada, si llega a trascender el ámbito universitario como parece haber sucedido ya en la Universidad Nacional la semana pasada con la retención del Señor rector de esa Institución.
Las siguientes reflexiones las extracto de un ejercicio académico que he realizado en algunas universidades públicas del país y que he recopilado bajo el título de “Evaluación y Control Universitario”, el cual adjunto a esta comunicación.
En primer lugar podemos afirmar que la actitud de una gran mayoría (no de todos) de docentes universitarios hacia el cumplimiento del plan de trabajo y de sus obligaciones en general, deja mucho que desear.
Se presentan casos de profesores que llevan 15 o 20 años dictando la misma materia y relacionan 500 horas (de un total de 900 al semestre) para “preparar” clase. Otros tienen el mismo curso para varios grupos. Estos podrían dictar otros cursos para no tener que contratar más cátedra.
Algunos docentes, además de las horas lectivas, no incluyen en su plan de trabajo al menos una de las actividades estipuladas en los estatutos como son la investigación, extensión, producción académica. Entonces hay que contratar a alguien que las haga con el consiguiente impacto en los gastos.
Los horarios no se cumplen, los profesores van a la hora que les parece y el decano no objeta su comportamiento. Se solicita descarga académica para labores de Investigación o de extensión con duraciones indefinidas que la mayoría de las veces benefician económicamente al docente y para llenar estas descargas debe recurrirse a profesores de cátedra u ocasionales. He ahí un importante elemento del gasto. Si se analiza esta situación en detalle, puede comprobarse el alarmante incremento en este tipo de contratos (cátedra) lo que deteriora la calidad, y por qué no, la pertenencia.
En cuanto a la utilización de laboratorios se presentan casos en los que los encargados hacen negocio personal, realizando servicios de extensión y facturándolos a su nombre como es el caso de análisis químicos y otras muestras de laboratorio para la industria o la población. Muchas veces los equipos no cuentan con pólizas de seguros que los protejan adecuadamente. Existe desgreño administrativo que genera mayores gastos.
En varias ocasiones los laboratorios o grupos de investigación solicitan los mismos equipos sin ponerse de acuerdo para compartirlos. Se trata de equipos costosos que en ocasiones superan los $100 Millones y que no están ocupados al 100% de su capacidad, es decir, tienen tiempo ocioso. Mayor inversión y mayores gastos de sostenimiento.
Algunos de los proveedores de equipos, software y reactivos son escogidos a dedo, aprovechando en parte la autonomía universitaria y la no observación de la ley 80. Las comisiones generan mayores costos y son corrupción.
Se presentan casos en las comisiones de estudio en las que el docente no cumple con los compromisos académicos, no realiza sus estudios, no presenta oportunamente los certificados y lo que es peor, nunca se gradúan.
Estas comisiones, a veces, superan los 5 años. Esto se convierte en “turismo académico”, no beneficia la calidad, constituye detrimento patrimonial y fraude, es decir, corrupción. Mayores gastos. Otros, toman las de Villadiego y se van a Universidades privadas o a la Industria sin cumplir los compromisos de tiempo y otras contraprestaciones contractuales.
Sobre el proceso de Investigación -el cual no dudo que sea fundamental para el desarrollo de un país- de manera curiosa, las universidades continúan dando prelación a la investigación básica sobre la aplicada. En aquella se encierran grandes volúmenes de erogaciones en inversiones y gastos cuyos beneficios para el desarrollo del país y el mejoramiento de las condiciones de vida son mínimos.
Los investigadores se han convertido en personas intocables que hacen lo que mejor les convenga o les parezca. Se niegan a ejercer la docencia, consideran que los recursos son de ellos, pues hasta llegan a afirmar que “esa plata es mía” y son áreas donde las entidades de control tanto internas como externasno llegan nunca. Las primeras porque los rectores son complacientes con los investigadores (son un grupo de mucha presión) y las segundas (contralorías) porque no conocen o no tienen una metodología de evaluación lo suficientemente idónea para hacerlo.
Otros aspectos relacionados son los que tienen que ver con el objeto de la investigación, pues si un profesor quiere entrar como investigador en un grupo, tiene que seguir la línea del “Capo” (Palabra empleada por un rector para designar al director de un grupo de investigación) y lo peor, inscribirlo en las publicaciones que realice. He escuchado a algunos docentes referirse al “derecho de pernada” para que algunas investigadoras puedan entrar a un grupo.
El asunto de los viáticos, los avances y anticipos, los equipos, los vehículos, los soportes a los gastos, la oportunidad para rendir cuentas, el cumplimiento de presupuestos y de obligaciones legales y tributarias debe ser revisado para una optimización de los recursos.
Sobre la Extensión es preciso anotar que La Extensión es utilizada por algunos empleados universitarios para beneficiarse a nivel personal. Muchas veces constituye los vasos comunicantes para que el docente llegue en calidad de asesor a los clientes. La respuesta a la pregunta de dónde salen tantos bienes y riquezas para personas con salarios relativamente medianos como son los de las universidades públicas, se encuentra en la Extensión, por la suplantación que hacen algunos docentes en propio beneficio.
Una manera adicional de obtener beneficios personales es la de fijar, basados en la autonomía que se da al manejo administrativo y financiero de los proyectos, altos honorarios o reconocimiento de gastos con cargo a los proyectos. En mi recorrido profesional conocí el caso del jefe de un laboratorio químico que utilizaba la infraestructura universitaria para realizar los análisis y cobraba a su nombre el valor de los mismos.
Sobre los procesos administrativos es menester destacar que en la mayoría de los casos reina una gran apatía por el compromiso y la realización del trabajo asignado. La mayoría de los administradores de las universidades públicas son docentes que llegan a esos cargos con la forma de pensar y actuar que se desprende de su esencia de académicos.
La contratación, tanto de bienes como de servicios tiene grandes fallas que repercuten en los presupuestos. La planeación no es adecuada la mayoría de las veces y en los contratos de obra, como en el resto del país, subyace un foco de corrupción que desangra implacablemente las universidades.
Respetada señora Ministra, estos son aspectos muy superficiales de las razones que pueden estar creando los supuestos déficit en la universidades públicas del país.
Debo dejar de presente que las situaciones aquí comentadas no se llevan a cabo ni por todos los docentes ni por todas las universidades, pero tanto en los unos como en las otras se presentan este tipo de anomalías que, seguramente de controlarlas, se logrará una gestión adecuada, racional y eficaz para que logre preservarse este importante patrimonio para las clases menos favorecidas del país.
Atentamente:xxxxx»
Efrén Barrera Restrepo, Ph.D.
Gerencia Pública & Marketing
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