Después de leer la nota: Los erróneos conceptos de la internacionalización de la educación superior (mar.20/12 ), del Observatorio de la Universidad Colombiana (http://universidad.edu.co)-que nos mantiene siempre al orden día en los escritos y comentarios a nivel global sobre la educación superior- nos queda sino un sabor muy amargo al comparar las líneas conceptuales de Hans de Wit (Universidad de Ciencias Aplicadas de Holanda)y las actuaciones descoordinadas e improvisadas que se ven en las oficinas encargadas de muchas de nuestras universidades de esta estrategia para mejorar en calidad y prestigio.
En la interpretación del mencionado escrito parece ser que las universidades han confundido los medios como objetivos y así entonces, han elevado a mitos unas actividades que no pasan de ser meras tácticas – en términos de planeación- para alcanzar la anhelada internacionalización de la institución. Y ello sí que no es desconocido por todos, porque en esa desesperación por ser internacionales, se dice que el evento o congreso tal es internacional, porque hay un sólo invitado extranjero; o se ufanan de tener una oficina con dicho rotulo y conseguir una persona bilingüe, pero sin recursos económicos, materiales y de conocimiento del ambiente universitario, que le queda solo recortar avisos de revistas y diarios para hacer carteleras de cursos y programas en instituciones que no conoce y que en el mejor de los casos, solo han firmado ya hace muchos años el denominado convenio-marco; cuando se le entrega esta estrategia a una persona de tercer nivel jerárquico, sin ningún poder decisorio y como generalmente sucede, dicha oficina se convierte en una agencia intermediaria de los viajes de los ilusionados jóvenes, que tienen que conseguir el país e institución de destino y además aforarse la financiación .Pero en fin, ninguno de estos actores tiene la culpa de esos procesos, es de las directivas la responsabilidad de definir el contenido de esta estrategia y viabilizar sus acciones.
Lo que se quiere advertir en el documento, es que no se es internacional, por:
1- Enseñar en Inglés (el riesgo es que los logros de la calidad del idioma de los profesores y estudiantes no sean los adecuados).
2- Estudiar o vivir fuera del país (este es meramente un instrumento, que merece analizarse en cuanto al valor agregado de la pasantía o el uso de la educación a distancia o virtual).
3- Ofrecer cursos con el adjetivo de internacional (argumento bastante simplista).
4- Tener gran número de alumnos internacionales (también se considera simplista; con el peligro de tener cursos y programas para internacionales o se agregan a ellos grupos aislados de internacionales).
5- Tener pocos alumnos internacionales (y por un número reducido de alumnos internacionales, se crean tensiones y se disminuye el interés de la educación en el idioma local).
6- Adquirir competencias interculturales e internacionales (se supone que el estudiante con el inglés y su presencia en otro lugar, puede arrastrar esas vivencias, más puede aislarse de sus compañeros y del entorno donde vive).
7- A más asociaciones, más internacional (no por muchos logos y medallas adjunto al propio, se es internacional. las relaciones bilaterales funcionan mejor).
8- Por la naturaleza misma de la educación superior que es internacional(o universal por autodefinición).
9- Por ser una meta (vista así, no deja de ser ad-hoc y marginal, la internacionalización, que es lo común).
El ser internacional, entonces es un resultado de “ un proceso dirigido a introducir dimensiones interculturales, internacionales y globales en la educación superior, con el fin de mejorar las metas, funciones y entrega de educación superior y así mejorar la calidad de la educación y la investigación” , según el profesor Hans de Wit, como se anota el escrito mencionado.
Efrén Barrera Restrepo, Ph.D.
Gerencia Pública & Marketing