La presencia en TV, (http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=778023&id_seccion=) de los cuatro candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos de México, Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Gabriel Quadri y Andrés Manuel López Obrador convocados por el Instituto Federal Electoral –IFE-al primer debate formal para plantear sus puntos ideológicos y del programa del futuro gobierno, estuvo sorprendida por la figura de la azafata encargada de repartir las papeletas de las preguntas, quien con un atrevido, profundo y abierto escote pectoral, colmò las expectativas de los televidentes que no encontraron propuestas y matices ideológicos de calado, como para diferenciar a los candidatos.
El tránsito de las cosas y casos corrientes de los candidatos sobre asuntos insulsos de la vida cotidiana de cualquier personaje político o candidato, como se dio en el debate mencionado, se vio compensado por los paseos experimentados de la mencionada chica Play –boy y modelo curtida de las pasarelas.
Más según explicaciones dadas por voceros del acreditado IFE, todo fue fortuito y nada planeado; una simple actuación de la dama que voluntariamente se vistió para la ocasión según sus entendimientos culturales y sociales y que la firma encargada de la realización del evento no tuvo ninguna intencionalidad premeditada de restarle importancia del debate, y menos la de atraer la concentración de los candidatos sobre temas más protuberantes.
Tampoco se debe tomar el suceso como una acción de marketing electoral y político, pues el organizador del debate como institución, ha dado suficiente explicación al decir que los realizadores contratados son los que se encargaron de disponer la actuación de la dama, quien segura como medida de precautela acudió con semejante escote para poder ventilar los asuntos con libertad como no lo hicieron los que debían hacerlo: los candidatos a la presidencia.
Efrén Barrera Restrepo, Ph.D.
Gerencia Pública & Marketing