A quién de manera especial le debe de interesar que los cargos del Estado sean ocupados por las personas preparadas, idóneas y capaces? Y que dichos procesos sean transparentes y basados en la meritocracia? A las universidades claro está y en general, a la población, en un país que se dice democrático y respetuoso de las normas de la carrera administrativa, por supuesto.
Y en esa línea desde el año de 2008, en buena hora la Comisión Nacional del Servicio Civil –CNSC-creo el mecanismo por el cual, las instituciones de educación superior(IES) de Colombia, de manera voluntaria podían inscribirse para recibir una llamada acreditación, que: “ es el reconocimiento formal a las Universidades e Instituciones de Educación Superior de su idoneidad para adelantar los concursos para la provisión de empleos públicos, otorgado por la Comisión Nacional del Servicio Civil, voluntario y periódico soportado en la evaluación de criterios, CONDICIONES y evidencias relacionadas con la competencia técnica en procesos de selección, la experiencia en el área de selección de personal y la capacidad logística para el desarrollo de concursos”. (http://www.cnsc.gov.co/esp/acreditacion_universidades.php)
Este proceso que fue acogido en un principio, con frialdad por escasas cinco o seis instituciones de educación superior, se ha extendido ahora a 31,(http://www.universidad.edu.co/index.php?option=com_content&view=article&id=2968), las cuales deben sentirse muy incomodas, con la denuncia de la Revista Semana: ” Las «mañas» para llegar a la gerencia de un hospital público(http://www.semana.com/177016-3.aspx, viernes 11 de mayo de 2012)”que afecta la actuación de algunas IES por los 138 procesos de investigación abiertos en la Procuraduría, por presuntos compromisos para elegir a candidatos de gobernadores y alcaldes y presuntas extorsiones a los aspirantes.
Si bien ayer se consideraba que estos procesos de selección de personal en manos de las IES, eran prenda de garantía y seriedad para los interesados directos de ellos y para la sociedad, hoy con esa denuncia, se convierten en otros de los tantos casos de corrupción, de la que se pretendía huir con el precioso encargo a las IES, para borrar todo tipo de injerencia y clientelismo en la escogencia de los funcionarios públicos.
Como conocemos de las bondades del proceso y de la seriedad y responsabilidad de muchas IES, que han efectuados procesos muy satisfactorios, técnicos, transparentes y de calidad en estos cinco años de implementación de este mecanismo creado por la CNSC, en apoyo y reconocimiento de la academia colombiana, esperamos que se resuelvan pronto las dudas que se sembraron con esta denuncia y se aparten a las instituciones involucradas en las actuaciones indeseadas y si ello no sucede, entonces pasa esta denuncia a ser otro escándalo semanal más, que parece ser una costumbre en el país.
En particular, le queda a la misma CNSC, dejar limpio el camino de los procesos de selección para poder ostentar con lujo, su propio lema institucional: Igualdad, mérito y oportunidad.
Efrén Barrera Restrepo, Ph.D.
Gerencia Pública & Marketing