Debería de existir siempre en las oficinas de planeacion universitaria(y en las llamadas de desarrollo) una sed permanente por conocer cuales son los perfiles que esta demandando el mercado laboral, para poder analizar los contenidos y perfiles profesionales de los programas que se ofrecen en las instituciones universitarias y valorar en que situación se encuentra la institución. Ello permitiría responder siempre a esa queja inveterada de los empresarios, de que la » universidad no enseña a trabajar»; a la que la universidad interpela con » no podemos hacer solo para los requerimientos de los empresarios» y de paso dar solución a una situación muy típica en las universidades, que con disculpa de la libertad de cátedra y bajo el temor de despertar reclamos en el gremio de profesores, pasan o se hacen los de la » vista gorda» con los contenidos o asignaturas mismas ya obsoletas en los programas académicos.
De siempre se ha señalado a esta revisión, como un control indebido de las directivas universitarias(la paradoja: los académicos no gustan de las evaluaciones), y de manera jocosa se le ha llamado «auditoria académica», tema que se evacua rápido, si es que siquiera se plantea, para no complicarse en la gestión universitaria (y mas si hay sindicatos, de por medio)y es por ello que se ven y se escuchan reclamos en voz baja, por los pasillos sobre algunos contenidos,materiales, diapositivas obsoletos que manejan algunos docentes y hasta de programas académicos enteros. Es mejor conservar el status quo: nada de cambios, hay que aguantar,»terminemos el semestre».
En sana posición académica, se debe optar por la revisión periódica de estos puntos cruciales, para ofertar programas de acuerdo con el desarrollo de la ciencia y la tecnología y con las demandas del mercado y se hace de manera colectiva y no como un control, sino pensado desde la misma convivencia y armonía grupal de la comunidad universitaria. y no como las nacidas de los compartimientos «estancos o silos «que se dan y se estructuran formalmente en las facultades y departamentos universitarios,en donde terminan todos siendo los desconocidos, y poder así, perpetuar las actuaciones individuales de acuerdo a sus intereses personales y no los colectivos y públicos de la universidad sobre los que tanto se predican, pero poco se aplican, como una actitud muy peculiar de privatizar el servicio educativo.Además como se puede hablar de calidad donde no se puede comprobar la coordinación interna de contenidos y asignaturas? y relacionarlos con el llamado mundo real?.