Al neuromarketing se le ha estado inquiriendo mucho por sus resultados y sobretodo por la efectividad de sus aplicaciones.
Ya no solo se trata de despertar sorpresas por la aplicación de conocimientos médicos al sector de la comercialización sino de reclamar protocolos de aplicación a la vida real de las actividades del marketing. Y con sobrada razón, porque se re- escribe sobre investigaciones de fuentes secundarias y se hacen mas investigaciones de fuentes secundarias (para que nos comprendamos en un lenguaje técnico)y no se avanza sobre la demostración situacional de su utilidad inmediata.
Abundan los escritos que de manera teórica generalizan unos resultados nacidos en experimentos dados, en unas condiciones y circunstancias dadas con unos sujetos dados que comportan acciones, actitudes y reacciones mediadas por la cultura. Algunos consultores y catedráticos transvasan esos resultados de manera alegre a otras latitudes, en otros territorios y para otras poblaciones de niveles socio-económicos distintos;pero sobretodo, de manifestaciones emocionales y culturales diversas;sin que medie comprobación experimental alguna, sino solo verbal: una «aplicación en el papel. Y esto no es mas que una transgresión de los principios básicos del conocimiento científico y un atropello al marketing.
La neurociencia es fundamentalmente experimental y cuenta con tecnologías y equipos altamente sofisticados que permiten avanzar en los descubrimientos y aplicaciones, que seguro no son del alcance de muchos grupos de investigación sobretodo en lugares, donde para decirlo sin causar mucho dolor o discriminación : una resonancia magnética es vista como una prueba inalcanzable para un diagnostico. No ver la naturaleza misma de los métodos de investigación de la neurociencia es ya un maltrato a dicha ciencia.
Es conveniente reconocer que existen niveles de investigación que requieren de cantidades de dinero para poder tener resultados con valor científico, que marquen fronteras y sean punteros en la investigación; para poder tener acceso a equipos y laboratorios de calidad certificada para experimentar y validar resultados, acompañados estos de la trayectoria y el prestigio científico personal e institucional; condiciones que solo suman algunas consultoras y universidades, que no por el acaso rondan los puestos importantes de las listas internacionales de los mejores y que hacen concurrir esas condiciones para una aplicación científica y experimental de los resultados del neuromarketing.
Por tanto es mejor ahorrar esas energías malgastadas en proyectos de investigación, trabajos de grados y tesis sin posibilidad de experimentación en este campo y dedicarlas a la tarea de acercar patrocinadores y empresas para el desarrollo científico de las aplicaciones de la neurociencia a las actividades comerciales y no repetir las aplicaciones simuladas.