Del mismo autor de Guilliver en el país de los enanos Jonathan Swift ,está el  texto  clásico de 1733: El arte de la mentira política, rescatado por  Ediciones Sequitur (2009), que se convierte en otra fuente  validadora de algunas estrategias y tácticas usadas en el marketing político y electoral y que algunos usuarios no acreditan , dejando para sí las alabanzas. Y  aunque a veces se duda de la autoría de Swiff; ésta queda refrendada por el estilo mordaz y satírico del escrito.

Es corriente  entre las personas del común indilgar  la mentira como el lenguaje normal de los políticos; siempre se interrogan si lo que dicen los políticos, si es verdad. Y si ellos expresan en realidad   lo que quieren decir. Hasta se buscan  especialistas, para que se interpreten sus  declaraciones; pues en ellas nunca hay un lenguaje normal que se deslice  ” por el lado plano del alma que le viene dado por Dios”(p.8); sino que suelen venir del lado cilíndrico, heredado del Diablo, que las deforma sistemáticamente.  Y así, mentira y política son las dos caras de la misma moneda. La reflexión viene desde Platón y pasa a Maquiavelo, cuyo Principe, tiene el arte de mentir por el bien del pueblo. Y en su nombre, se miente, ya que no tiene esa condición de caballero para saber la verdad, como tampoco la tiene para  poseer un patrimonio. ”El arte de la mentira política es, en efecto, el arte de hacer creer al pueblo las falsedades saludables con vistas a un buen fin” (p.10) y por ello, nos lleva hasta La Fontaine, en esa frase que golpea el cerebro:”El pueblo es hielo ante las verdades y fuego ante las mentiras”(Id).

Técnicamente es un buen manual para los dedicados a las construcciones de esas campañas electorales vergonzosas con base en las debilidades  y defectos  humanos buscados por los rivales en el rastreo del pasado  y sus vidas íntimas y para aquellos que tiene por oficio la difamación, la canallada y la infamia; porque clasifica las mentiras en aquellas calumniosas, las de aumento y las de traslación del sujeto(p.39).Y allí, se advierte que en la construcción de las mentiras hay que tener en cuenta  el cálculo, para no caer en  el exceso. Las exageraciones, no van con la mentira sino la proporcionalidad, lo sutil:” que sus  cometas, ballenas y dragones mantengan siempre un tamaño razonable” (p.49). No al “cortoplacismo”, no hay que correr el riesgo de verse desnudo y expuesto a vergüenza. Mejor el largo plazo ( a largo plazo, todos estaremos muertos!). La mentira es medida, “se calcula, se sopesa, se destila, se dosifica” (p.13) y cual otro producto en el mercado, se prueba y hasta se degusta: Ahí, están las “mentiras pruebas”(proof-lies)” como una primera carga que se coloca en una pieza de artillería para probarla”(id.).Así, como son los famosos globos o sondas que se sueltan a ver qué tal esta el ambiente político y económico para poder actuar; como suelen hacer los gobernantes y ejecutivos públicos.

En fin, los consejos son múltiples frente al diseño, propagación  y defensa de la mentira política, que solo busca el engaño del pueblo; pues   ”todo el mundo miente: los ministros engañan al pueblo para gobernarlo y éste, para librarse de aquellos, hace chismes calumniosos y falsos rumores “(p.10).Los primeros usan el “comité de susurros” que por una parte difunde  con sordina los bolos al pueblo para que  juegue con  ellos, y por otra parte ” desconfiar como de la peste de los personajes cabales y apartar a cualquier individuo del que se tenga sospecha que puede ser sincero”p.13).

CODA.»Las personas sabias tienen dos lenguas, con una expresan la verdad, y, con la otra, lo que les conviene» Epicuro.