
Para el éxito de la campaña electoral, las encuestas y sondeos de opinión, son imprescindibles. Estas no sólo pueden avizorar cambios en las preferencias y comportamientos de los electores, sino que nos permite monitorear de manera permanente las acciones y tácticas electorales que se dan en el ambiente del debate.
El tratamiento adecuado de encuestas y sondeos electorales, no debe estar aislado, por fuera del sistema de información de mercadeo de la campaña, debe ser parte integral de el; que además de conocer los movimientos del electorado, ha de proporcionar a los responsables de la campaña la información necesaria para la correcta toma de decisiones en las diferentes áreas que se manejan, ya que las campañas son verdaderas empresas.
Para nosotros las encuestas y sondeos de opinión hacen parte fundamental del marketing electoral y por ello se considera en el marketing mix. Esta importante consideración la hemos tomado de Neyman Bruce, desde los años noventa: Esto quiere decir que todo tipo de preguntas sobre el uso, utilidad y manejo de las encuestas y sondeos, tiene importancia como un instrumento más de la campaña; como lo es el partido, el candidato, el programa y la comunicación en general: son herramientas útiles para el triunfo del candidato y para conseguir los objetivos trazados de la campaña. Es parte sustantiva del marketing electoral.
Consideramos que las encuestas y sondeos electorales, deben estar sustentados en estudios de mayor envergadura sobre la situación política del país y de los elementos del entorno, que afectan el comportamiento electoral, ya que el marketing electoral se incluye en el marketing político, como una parte muy especial de este. Así, de esta manera vemos que el trabajo de las encuestas y sondeos de opinión, es una investigación de mercadeo muy especializada, que utiliza técnicas muy determinadas dentro de su amplia gama y donde la experiencia es muy importante, como también el uso de las nuevas técnicas y tecnologías que hoy se hacen imperiosas en su uso Y sobre todo que los analistas tengan esa formación especializada que ha cambiado mucho debido al uso de las técnicas de data-marketing, redes y hoy del big-data y herramientas analíticas.
La práctica de las encuestas y sondeos de opinión electoral que tienen como objetivo las actividades de medición de los comportamientos del electorado, nos informan sobre el estado de ánimo de los votantes.
Los académicos norteamericanos que nos tienen acostumbrados a llamar las cuestiones más serias con términos coloquiales, denominan estas actividades de investigación del mercado electoral como “tomar el pulso”.
Las maneras de aproximación al conocimiento del estado de ánimo y preferencias de los electores frente a la campaña, son múltiples y variadas, sin embargo, en aras a la practicidad; debemos referirnos en especial a las encuestas de opinión, las sesiones de grupos y a los sondeos, sin dejar de señalar, que en las organizaciones políticas estables, estas actividades hacen parte del sistema de información del marketing político.
Específicamente, en Colombia, existe una normativa sobre el uso de ellas, desde la ley 30 de 1994, en su articulo 30. Y ya son comunes en época pre-electoral y animan el proceso, a veces tanto, que en ciertas ciudades y comunidades se han prendido las alarmas, puesto que se hace un manejo tal de ellas que, muchas personas le atribuyen los resultados a la manipulación, dicen, por medio de las encuestas.


Los cuadros aquí insertados corresponden a una muestra del inventario que el Consejo Nacional Electoral, CNE, presenta hasta el mes de julio de 2019. En este año que se estima político por las elecciones de alcaldes, gobernadores y sus correspondientes corporaciones administrativas ya en el primer semestre se han catalogado 135 encuestas; suma que seguro crecerá con la cercanía de las elecciones de octubre: que como ilustración detallan datos interesantes para el análisis del electorado colombiano.