
En materia de turismo, Colombia apenas esta haciendo sus primeros pinitos y por eso escasamente balbucea; aunque de antaño han existido instituciones educativas sobre el asunto; pues en estas se han enseñando el manejo de la tradicional agencias de «vuelos» ya en camino de desaparición; lo que explica mucho su estado actual al que se le debe sumar la cuestión de la violencia. Y a pesar de esta, el entusiasmo de las gentes, su animo de servicio y cordialidad con el extranjero( aquel que no nació, en su municipio) y medidas decisorias del gobierno( a veces mas con sentido propagandístico o acomodos burocráticos que con el propósito de planear políticas de Estado ) han impulsado por momentos el sector que hoy tiene gran aceptación en el mundo y que los medios de comunicación internacionales y organismos especializados ven con muchas posibilidades de desarrollo.
El sector crece en el mundo y según proyecciones continuará por ese rumbo; que hoy ya marca unos 1.400 millones de viajes internacionales al año y 6.000 millones de viajes domésticos; cifras que despiertan anhelos en los diferentes países que quieren arañar un poco de ese pastel; precisamente cuando en los países que han crecido de manera brillante según se observa de lejos; están pensando seriamente en restricciones y prohibiciones que seguro afectaran las cifras que el turismo aporta a su PIB; como es el caso de España; Italia, Francia y Alemania, donde corrientes anti-turismo o como algunos la denominan: turismofobia; que mezclada con los brotes de los sentimientos nacionalistas y populistas, hacen del panorama cuando menos, no agradable.
La turismofobia como aversión o rechazo fuerte o temor sentido por los habitantes de las localidades visitadas; seguro conllevara a que en esos destinos se tomen medidas drásticas y con responsabilidad como se suele hacer en los países afectados por la superproducción turística( siempre se ha hablado de la industria del turismo, en ese lenguaje no puro ) y que ya tienen definidos esos puntos de la nueva fobia del siglo XXI: Barcelona( España); Venecia, (Italia) Santorini( Grecia) y Amsterdam ( Países Bajos); siendo este último el que, con un robusto plan de marca de país marcara los procedimientos a seguir en esos casos de turismofobia para el respeto de los ciudadanos locales. Mas, si este se podría decir es «el lado oscuro del turismo«; los países que despiertan a el en este siglo, como lo son la mayoría de las economías emergentes y también las subdesarrolladas deberían aprender de ellos y desde su incipiente desarrollo tomar las medidas adecuadas para evitar los perjuicios y daños que ocasiona el turismo descontrolado y no planificado; como esta creciendo en América Latina(la parte que nos interesa y conocemos) y especialmente en Colombia; pues la prisa por demostrar resultados de alguna forma, lleva a los ejecutivos del gobierno de turno a entregar entidades, sitios, parajes y servicios, sin definición alguna de cuidados y sostenibilidad de ellos, en carrera loca de buenos cipayos y sin regulaciones que marquen pautas para el turista deseado; según expectativas sociológicas, antropológicas y económicas. Y cuando decimos esto de Colombia, no solo nos referimos para el turismo internacional sino también para el interno; con el cual mas daños se produce por el desenvolvimiento cultural del visitante que la mayoría de las veces porta pautas contrarias a las del extranjero y este las toma para si.( fenómeno que merece un articulo aparte) con el debido aumento de los daños.
Es el tiempo para pensar y planear en grande y con horizonte de largo plazo en un sector que esta dando sus resultados positivos en Colombia, que además de estar privilegiada por la posición geográfica y la naturaleza, le acompaña ese actitud positiva hacia el turista ( a veces, de entrega) que demanda seguridad y confianza en las relaciones sociales y comerciales; sobre las cuales a Colombia le queda mucho que hacer; pero lo que se adelante en esta materia será de doble efecto con beneficio del turismo como sector económico y sobre los pobladores que tomaran pautas de comportamiento de las regulaciones y normas que surjan de la planeación responsable de turismo.
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